¿Qué toallitas son mejores para mi bebé?

Como ya te hemos comentado en otras ocasiones, la piel de un bebé es más fina que la de un adulto, por esa razón, la función de barrera protectora de su piel es menos eficaz. La composición de los productos destinados para usar en niños, es distinta a la que se emplea en adultos. Siendo necesario que estos cumplan con unos requisitos imprescindibles relacionados con los ingredientes que se utilizan, el tipo de envase, color, olor, etiquetado, etc. De manera que jamás se ponga en riesgo la salud del niño en el que vamos a emplear dichos productos.

Un producto muy importante son las toallitas y a menudo nos preguntamos cuál es la mejor opción para nuestro bebé. Continúa leyendo para saber que toallitas se adaptan más a las necesidades de tu bebé.

Como te decíamos, la piel de los bebés es muy diferente a la piel de un adulto. Esta es hasta diez veces más fina, se seca frecuentemente y es más propensa a padecer irritaciones o alergias. Por eso, suelen sufrir más cambios en cuanto a textura o aspecto.

Diferencias entre la piel de un adulto y un bebé.

• Es más sensible a las agresiones externas.
• Posee unas glándulas sudoríparas que son más activas.
• A diferencia de en el caso de los adultos, la función termorreguladora de su piel no funciona al 100%.
• Absorbe agua rápidamente, pero también tiende a perderla.
• Tiene menor capacidad para sintetizar melanina.
• Como ya te hemos contado, la capa externa es hasta un 30% más fina que la que posee un adulto. Esto aumenta las probabilidades de ser víctima de infecciones, golpes o irritaciones.
• Debido a que no han desarrollado del todo las defensas, los bebés no están completamente protegidos de las bacterias.

¿Cómo va evolucionando la piel de un bebé?

Cuando un bebé nace, se encuentran cubiertos por una ligera capa de grasa que tiene un tono blanco- grisáceo que se denomina vérnix caseosa. Este se elabora alrededor de la semana 20 de embarazo con la intención de mantener bien aislado al bebé de posibles efectos irritantes, de la humedad que ocasiona el líquido amniótico, de las infecciones que pueden darse dentro del útero y de la deshidratación.

Cuando el bebé nace, esta capa se absorbe sola cuando han pasado unos tres días, por esa razón, no es recomendable que se retire.

La piel se desarrolla completamente al cabo de unos años. No obstante, hasta que no alcanzan los tres años de vida, la barrera cutánea no se termina de desarrollar. Por esta razón, la piel es muy frágil y necesita que se utilicen en ella productos específicos para emplear en bebés.